Hace entre 5 y 3 millones de años, se produjo uno los episodios
más espectaculares del vulcanismo explosivo de todo el archipiélago canario: el
Ciclo Roque Nublo. Un estratovolcán del Plioceno que se llegó a alcanzar los
3.500 m de altura en el centro de la isla, sobre los paleorelieves del
vulcanismo del Mioceno.
Su periodo de máxima actividad, entre hace 4,4 y 3,4 millones de
años, emitió coladas y materiales radialmente por toda la isla. Basanitas,
tefritas, lavas basálticas y materiales derivados de violentos fenómenos
explosivos: brechas ignimbríticas no soldadas (brecha Roque Nublo), nubes
ardientes y depósitos brechoides de deslizamiento (por colapsos del edificio).
En las laderas del Guiniguada pueden observarse estos materiales
en su tramo medio y bajo. Así, en torno a La Matula y a la altura del viaducto
que pasa sobre el barranco (Albiturria), aflora la brecha volcánica, mientras
que aguas abajo, desde La Matula hasta El Pambaso afloran tobas e ignimbritas,
materiales piroclásticos especialmente visibles bajo el barrio de San Roque.
Materiales de color claro muy abundantes en todo el NE de Gran Canaria, ricos
en piedra pómez (hasta un 60-80%), formados en procesos de nube ardiente. Son
materiales además muy importantes en la historia de la ciudad, utilizados
tradicionalmente en construcción y popularmente conocidos como "canto
blanco".